DIAGNOSIS
El albinismo es una condición que
se puede diagnosticar simplemente por la observación de la ausencia parcial o
total de la pigmentación de la piel, cabello y ojos. Se trata, por tanto, de un
diagnóstico clínico, además reforzado por antecedentes familiares.
DESARROLLO DE LA DERMIS Y LA HIPODERMIS
El proceso de especificación de
las células mesenquimatosas de la dermis es complejo y no se conoce por
completo.
El origen de la dermis varía
dependiendo de cada zona específica del cuerpo. Por ejemplo, el mesénquima
dérmico de la cara y la parte anterior del cuero cabelludo procede del
ectodermo de la cresta neural, el de la espalda se origina en el miodermatomo
embrionario, y el de las extremidades y la parte ventral del tronco se cree que
deriva del mesodermo de la placa lateral. Los fibroblastos embrionarios de la
dermis son células pluripotenciales que parecen dar origen a diversos tipos
celulares como adipocitos, fibroblastos y células productoras de cartílago. Las
células de Merkel, elementos neuroendocrinos muy inervados que participan en la
mecano- recepción, se distinguen por primera vez en la epidermis durante el
primer trimestre, siendo evidentes a las 8-12 semanas en epidermis
palmoplantar, y luego en la piel interfolicular.
IMPORTANCIA CLÍNICA DE ALTERACIÓN DE CÉLULAS ESPECIALIZADAS
Las migraciones de las células
embrionarias procedentes de 2 subpoblaciones distintas desde el punto de vista
genético dan lugar a las lesiones cutáneas a lo largo de las líneas de
Blaschko, por ejemplo las maculas lineales hipopigmentadas o hiperpigmentadas
manifiestan la migración embrionaria de los precursores de los melanocitos
derivados de la cresta neural, desde un origen a lo largo del tubo neural hasta
la epidermis estas son: incontinencia pigmentaria, hipomelanosis de Ito ,
hipermelanosis nevoide lineal y espiral, piebaldismo, síndrome de Waardenburg,
albinismo oculocutáneo, mancha mongólica…
En cuanto al DIAGNÓSTICO DEL ALBINISMO
OCULOCUTÁNEO, se pueden distinguir una serie de criterios de sospecha
que incluyen los siguientes signos de alarma, ya presentes en el nacimiento:
o Aspecto
general: absorto (ojos semicerrados con bizqueo) cuando están expuestos al sol.
o Piel
variable, según el tipo: blanco nieve, crema o marrón claro.
o Pelo
blanco (tirosinasa negativos); amarillo, crema o marrón claro (tirosinasa
positivos); rojo; platino.
o Ojos:
fotofobia, nistagmo, transparencia del iris, disminución de la agudeza visual,
reducción del pigmento de la retina, reflejo típico rosa o anaranjado, hipoplasia
de la fóvea, estrabismo alternante y disminución de la percepción de la tercera
dimensión o sensación de relieve.
En cuanto al diagnóstico precoz, hemos de decir que es posible que no haya
antecedentes familiares, salvo la consanguinidad, y es imprescindible la
realización de un examen ocular completo. Existen tests especiales del cabello,
la piel o la sangre para hacer diagnósticos específicos. Se puede hacer
diagnóstico prenatal, por medio de líquido amniótico (amniocentesis) o bien con
biopsia de vellosidades coriales. La reciente clonación del ADN que codifica la
tirosinasa ha hecho posible caracterizar de manera directa las mutaciones del
gen de la tirosinasa (TYR)
responsables del déficit de actividad de esta enzima en los diferentes tipos de
albinismo, así como también del resto de genes responsables.
Dentro del conjunto de pruebas que se pueden realizar para verificar un diagnóstico de albinismo
tenemos:
1. Pruebas genéticas para detectar las
mutaciones causantes del albinismo. Así, en la actualidad se puede hacer
evidente la mutación o mutaciones del gen de la tirosinasa mediante clonación
del ADN.
2. Biopsias de piel en la que se puede
observar ausencia del pigmento melanina.
3. Electrorretinograma: este test es una
prueba no invasiva que consiste en la colocación de un par de pequeños
electrodos de registro, uno que se coloca en el párpado del ojo y otro sobre la
córnea, se procede a presentar estímulos visuales al paciente como destellos de
flash o la imagen de una rejilla. La respuesta de la retina a estos estímulos
luminosos se detecta como impulsos eléctricos y se registra una gráfica que en
los pacientes albinos está por encima de lo normal.
Por tanto, para el diagnóstico de
albinismo participarán el médico de familia o el pediatra en el establecimiento
de la sospecha, y posteriormente el oftalmólogo y el dermatólogo han de
participar en la confirmación de éste con el resto de exploraciones.
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