INTRODUCCIÓN
Elevándose unos 300 metros por
encima del desierto, la meseta Black Mesa domina el horizonte del Desierto
Encantado y proporciona un punto de referencia familiar para los viajeros que
pasan a través del noroeste de Arizona. Black Meseta no sólo es la denominación
de una característica geológica prominente, sino también es el hogar ancestral
de los nativos hopi de Estados Unidos.
En
1900, Alés Hrdlieka, un antropólogo y médico que trabajaba para el American Museum of Natural History,
visitó los pablados hopi de Black Mesa y realizo un descubrimiento
sorprendente. Entre los hopi hallaron once individuos blancos, no caucásicos,
sino realmente nativos hopi estadounidenses blancos. Estas personas presentaban
una afección genética conocida como albinismo.
La causa del albinismo es un
defecto en una de las enzimas necesarias para la producción de la melanina, el pigmento
que oscurece nuestra piel, cabello y ojos. Los
individuos con albinismo no producen, o bien producen muy pequeñas
cantidades de melanina, y en consecuencia, presentan cabello blanco, la piel
clara y ausencia de pigmentación en el iris de sus ojos. Normalmente, la
melanina protege al DNA de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta de
la luz solar sobre las células de la piel y, a su vez, la presencia de melanina
es esencial durante el desarrollo del ojo para lograr una visión adecuada.
La persecución de los albinos
El albinismo provoca rechazo social y,
lo que es peor algunas partes de su cuerpo como la sangre, los huesos o los
órganos se consideran en algunos países africanos amuletos contra el ‘mal de
ojo’.
Así, a los problemas de salud que
les puede ocasionar su condición de presentar albinismo se añade un estigma
social a causa de su aspecto que, si además han nacido en determinados países
puede tener grandes consecuencias como puede ser la discriminación y el rechazo
social.
Como es en el caso de Tanzania
dónde los albinos son sometidos a la persecución y el linchamiento viéndose obligados a ocultarse
y a abandonar sus hogares. Por ello, organismos como la Cruz Roja y algunas ONG,
como la Asociación para la Integración y Progreso de las Culturas – Pandora
(AIPC Pandora), han puesto en marcha proyectos para proteger a estos fugitivos
involuntarios y en 2010 se creó ‘Kabanga School’, en el norte de Tanzania, un
centro donde se facilita a los albinos el acceso a profesionales médicos que
evalúen y traten sus problemas físicos y establezcan medidas para prevenir la
ceguera además de ofrecérseles actividades de ocio.
Dermatólogos españoles que acuden
como voluntarios a Tanzania para enseñar a los médicos locales cómo manejar las
lesiones de la piel de los albinos, han podido comprobar la discriminación de la
que son objeto estas personas.
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